España caminaba a la pata coja y a ciegas sobre el precipicio de los Juegos. A su obituario olímpico, redactado por una Colombia que parecía inabordable, solo le faltaba el matasellos. España regresó a la vida desde un lugar muy lejano para acabar…
España caminaba a la pata coja y a ciegas sobre el precipicio de los Juegos. A su obituario olímpico, redactado por una Colombia que parecía inabordable, solo le faltaba el matasellos. España regresó a la vida desde un lugar muy lejano para acabar…