El edificio que alojó a los deportistas españoles en la Villa Olímpica de París lució un instrumento único en su fachada: un contador de medallas. Parecía un lujo. Era un yugo. Funcionó como un reloj que daba las campanadas fatales, o como un…
El edificio que alojó a los deportistas españoles en la Villa Olímpica de París lució un instrumento único en su fachada: un contador de medallas. Parecía un lujo. Era un yugo. Funcionó como un reloj que daba las campanadas fatales, o como un…