Mandíbulas apretadas, últimos arreones sobre la bici, pedaladas con el alma más que con las piernas y, de repente, la sangre que no llega al cerebro. Eso le sucedió a Van Eetvelt (Lotto), que, cuando estaba a punto de cruzar la meta, levantó…
Mandíbulas apretadas, últimos arreones sobre la bici, pedaladas con el alma más que con las piernas y, de repente, la sangre que no llega al cerebro. Eso le sucedió a Van Eetvelt (Lotto), que, cuando estaba a punto de cruzar la meta, levantó…