Son las 7.30 de la mañana y un grupo de balseros, rodeados por un fuerte olor a marihuana, están sentados en la orilla guatemalteca del río Suchiate, en un sitio que lleva un nombre sugestivo: “El paso del Coyote”. De repente, todos se…
Son las 7.30 de la mañana y un grupo de balseros, rodeados por un fuerte olor a marihuana, están sentados en la orilla guatemalteca del río Suchiate, en un sitio que lleva un nombre sugestivo: “El paso del Coyote”. De repente, todos se…