Cuando Soe Myint perdió el ojo izquierdo en un tiroteo, pensó que se había acabado el sueño de su vida, que era ser tatuador. Este joven de 32 años, que prefiere utilizar un nombre ficticio, dejó su trabajo en un estudio de tatuajes…
Cuando Soe Myint perdió el ojo izquierdo en un tiroteo, pensó que se había acabado el sueño de su vida, que era ser tatuador. Este joven de 32 años, que prefiere utilizar un nombre ficticio, dejó su trabajo en un estudio de tatuajes…