Por muchas veces que Jon Rahm repitiera la palabra “doloroso”, y fueron muchas después de perder de manera dramática no solo el oro, sino sus opciones de medalla en el golf olímpico, nada podía resumir mejor ese dolor que su rostro, su cara…
Por muchas veces que Jon Rahm repitiera la palabra “doloroso”, y fueron muchas después de perder de manera dramática no solo el oro, sino sus opciones de medalla en el golf olímpico, nada podía resumir mejor ese dolor que su rostro, su cara…