Con algunos miserables carismáticos pasa como con los accidentes de tráfico: uno no puede evitar mirarlos aunque no quiera. Por eso, mucho mejor que abunden en la ficción que fuera de ella.Seguir leyendo
Con algunos miserables carismáticos pasa como con los accidentes de tráfico: uno no puede evitar mirarlos aunque no quiera. Por eso, mucho mejor que abunden en la ficción que fuera de ella.Seguir leyendo