Lea la siguiente frase: “Siete caballos vienen de Bonanza”. No dice mucho, ¿verdad? Añádale una musiquilla de corneta y un tono jocoso que dilate las sílabas finales: “¡Siete caballos vienen de Bonaaaanzaaaa!”. Si, aun así, sigue sin transmitirle nada, no es usted presa…