En 1998, tras conquistar como anfitriona la Copa del Mundo, la selección francesa fue entronizada como referente de multirracialidad. La mezcla de jugadores con ascendencia magrebí (Zidane o Djorkaeff), antillana (Karembeu), y de futbolistas autóctonos como Dugarry, Barthez o el actual seleccionador Didier…