Noche agridulce en la sede de Vox. El partido ultra consiguió salvar los muebles, al pasar de cuatro a seis eurodiputados, pero no logró el éxito que tuvieron sus aliados del resto de Europa. La culpa fue de un antiguo seguidor convertido en…
Noche agridulce en la sede de Vox. El partido ultra consiguió salvar los muebles, al pasar de cuatro a seis eurodiputados, pero no logró el éxito que tuvieron sus aliados del resto de Europa. La culpa fue de un antiguo seguidor convertido en…