Caminar por las calles más céntricas de una ciudad belga significa impregnarse de una mezcla de olor a frites, las famosas patatas fritas con grasa de vacuno que le dan ese toque tan distintivo, y de otros efluvios más dulces: desde el chocolate…
Caminar por las calles más céntricas de una ciudad belga significa impregnarse de una mezcla de olor a frites, las famosas patatas fritas con grasa de vacuno que le dan ese toque tan distintivo, y de otros efluvios más dulces: desde el chocolate…