En un mundo perfecto, al salir del agua del mar o la piscina, el cabello quedaría brillante, suave y sedoso. Pero la cruda realidad es que queda apelmazado, reseco, con las puntas abiertas y el tono desgastado. Los repetidos baños de sol agreden…
En un mundo perfecto, al salir del agua del mar o la piscina, el cabello quedaría brillante, suave y sedoso. Pero la cruda realidad es que queda apelmazado, reseco, con las puntas abiertas y el tono desgastado. Los repetidos baños de sol agreden…