Vlad desafía con la mirada y con una sonrisa taimada. Solo tiene 25 años y ya afirma, sin pelos en la lengua, que él es mercenario. Pide cigarrillos a cambio de una entrevista. “Solamente traen los de la Cruz Roja cuando vienen por…
Vlad desafía con la mirada y con una sonrisa taimada. Solo tiene 25 años y ya afirma, sin pelos en la lengua, que él es mercenario. Pide cigarrillos a cambio de una entrevista. “Solamente traen los de la Cruz Roja cuando vienen por…