La casa, establecida en la calle Guillem de Castro, se dedicó hasta mediados de los años ochenta a alquilar trajes de torear a jóvenes aspirantes a triunfar en las plazas entre los que se encontraba El Soro
La casa, establecida en la calle Guillem de Castro, se dedicó hasta mediados de los años ochenta a alquilar trajes de torear a jóvenes aspirantes a triunfar en las plazas entre los que se encontraba El Soro