De la misma forma que se tiene la sensación de que los tomates ya no saben a tomate, con los rosales pasa algo similar. Cada vez son más los aficionados a la jardinería que acuden a los viveros en busca del “olor perdido”…
De la misma forma que se tiene la sensación de que los tomates ya no saben a tomate, con los rosales pasa algo similar. Cada vez son más los aficionados a la jardinería que acuden a los viveros en busca del “olor perdido”…