Cuando uno vive una guerra, los primeros minutos del día son los más estresantes: comprueba que está vivo, se palpa el cuerpo con alivio y llama por teléfono para asegurarse de que ningún ser querido haya muerto. Con el tiempo, uno ya casi…
Cuando uno vive una guerra, los primeros minutos del día son los más estresantes: comprueba que está vivo, se palpa el cuerpo con alivio y llama por teléfono para asegurarse de que ningún ser querido haya muerto. Con el tiempo, uno ya casi…